martes, 14 de diciembre de 2010

Educación twitter y periodismo


Leo en El País (12/09/2010) una entrevista a Alan Rusbridger, director de The Guardian. Habla de la revolución que supone el iPad y dice que “Twitter es la herramienta periodística más poderosa de los últimos diez años”. 
Cuenta el caso sobre Rupert Murdoch y escuchas ilegales. En Gran Bretaña, ni la BBC ni Sky News dijeron nada porque afectaba a David Cameron. Twitter se convirtió en una herramienta periodística, ciudadana y social, la única forma para saber la verdad. Así enumera varios casos donde Twitter funciona como otra forma de desenmascarar la corrupción, de investigar a grandes empresas y centros de poder, lo que antes hacía el periodismo tradicional.
El emblema de esta forma abierta y colaborativa de comunicarse, de ser ciudadano y de hacer periodismo es el caso Wikileaks (que podemos traducir como “wikifiltraciones”). Wikileaks es una herramienta Social Media adonde se filtran documentos secretos institucionales, que, entre otros asuntos, ha desenmascarado varios escándalos de  corrupción política y militar durante la guerra de Afganistán.
El periodismo tradicional parece ejercer un efecto pigmalión, donde si no cambia, sus negras expectativas se cumplirán. Están viviendo una experiencia de “disrupción digital”, que está obligando a todos los sectores sociales y económicos a cambiar sus métodos. El periodismo, en lugar de ver una oportunidad, ve una amenaza al propio concepto de periodismo.
Un artículo del último Le Monde Diplomatique, titulado “Los tres mitos de la era digital”, es un reflejo de un tipo de periodismo de alta calidad, que, sin embargo, está cavando su propia tumba. Su autor habla de tres mitos:
  1. El poder de los medios sociales.
  2. El Estado-nación agoniza.
  3. El periodismo está muerto.
Sus argumentos se asientan sobre la tesis de que el periodismo tradicional tiene mejores mecanismos de filtrado y fiabilidad en sus fuentes. 
Me atrevo a contrargumentar: Los Social Media se han convertido en un poder democrático de opinión, porque el periodismo tradicional ha caído en el ensimismamiento, y la sumisión a sus principales fuentes de financiación: el poder político y de las grandes empresas.
Rusbridger, se convierte por esto, en metáfora de un tipo de periodismo tradicional que aprende a convivir con el periodismo Twitter o Social Media. Hace cuatro años obligó a todos sus empleados a abrir cuenta en Facebook. Hace dos años hizo lo mismo con Twitter. Por algo The Guardian se ha convertido en la segunda web en inglés más visitada del mundo, después de The New York Times.
Malas noticias para aquellos que se asustan porque cambien las formas y los métodos y se convierten en objetores digitales, porque no podrán entender los cambios de paradigma que se están produciendo en nuestra cultura, en nuestra forma de pensar y de tomar decisiones.
Algunos confunden prensa con periódico de papel. Otros confunden leer con leer libros en papel.
Mal augurio para ellos. El director de The New York Times dice que sus planes es que en el futuro desaparezca la edición de papel de su periódico.